Los inicios de la actividad mercantil del país se resumen en los libros registrales
BOLETÍN OFICIAL 096
14 de abril de 2021
Quito, Ecuador. – Para conocer la historia del sistema registral mercantil de país, no se necesita de una máquina del tiempo para hacerlo, basta con revisar las páginas de los libros antiguos que reposan en los estantes de sus archivos.
Timbres postales, cifras en sucres, hojas desgastadas por los años, empastados antiguos y hasta el nombre de un ex presidente de la República, son algunos de los pequeños pero valiosos detalles que se encuentran plasmados en estos documentos registrales que te hacen añorar el pasado.
En estos libros registrales antiguos, se puede descubrir la historia mercantil de cada cantón, así como los inicios de esta actividad, ya sea a través de una Matrícula de Comercio, la Inscripción de una Sociedad de Hecho, de una Prenda Agrícola, la disolución de una empresa, la Inscripción de una Prenda Pecuaria, o la matrícula para ejercer la actividad comercial.
Escuchar a detalle las experiencias de quienes vivieron, por ejemplo, la transición de los registros mercantiles del sector privado al público permite reflexionar sobre cómo, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, se cuenta actualmente con un sistema registral mercantil más ordenado y moderno.
Tal es el caso del Sistema Nacional de Registros Mercantiles (SNRM), cuyo plan piloto para implementarlo, se ejecutó por primera vez en el Registro Mercantil de Ambato.
En Riobamba, el primer trámite que se inscribió, en el primer libro del Registro Mercantil de este cantón, fue una Matrícula de Comercio, del 04 de enero de 1903, tiempo en el cual se hallaba unido al Registro de la Propiedad. Siguiendo con la línea de tiempo, el libro más antiguo del Registro Mercantil de Quito data del año 1909, en el cual se realizó el primer acto registral, que consistió en la inscripción de una cancelación o disolución de una empresa el 07 de enero de ese año.
Mientras que, el 1 de febrero de 1916, se efectuó el acto registral Nº1 en el Registro Mercantil de Portoviejo, en el cual se prohíbe, provisionalmente, la inscripción de una segunda escritura hipotecaria de una máquina para hacer hielo. Por otro lado, telas, abarrotes y mercaderías en general, fueron los artículos que puso en venta el negocio que se inscribió, por primera vez, en el primer libro del Registro Mercantil de Loja, el 02 de febrero de 1922.
En el Registro Mercantil de Guayaquil, se guarda el primer libro registral creado en 1907, levantado a favor del juez consular de comercio, Ascencio Manrique, por un contrato de préstamo por 10 mil sucres.
Así como este, existen 15 600 libros registrales más que cuentan la historia económica del Puerto Principal y aunque muchos de estos libros ya no son consultados, si constituyen un importante patrimonio cultural de este cantón, que deber cuidarse.
Tras pasar de privado a público, los libros registrales mercantiles también forman parte de esta modernización, ya que cada institución registral se encarga de preservar y conservar a los mismos de acuerdo con una Resolución emitida por la Dirección Nacional de Registro de Datos Públicos (Dinardap).
Así, dicha Resolución establece, en términos generales, normas de climatización, es decir, cuentan con aire acondicionado. También deben contar con una iluminación específica, situados de una forma determinada en los estantes, con un empastado en particular, entre otros aspectos.
De igual forma, el trato de los libros registrales, sobre todo los antiguos, requiere el cumplimiento de ciertos protocolos como el uso de guantes, mascarilla y vestimenta especial.
En definitiva, en los 14 registros mercantiles del país: Guayaquil, Cuenca, Ibarra, Ambato, Riobamba, Manta, Machala, Riobamba, Quito, Esmeraldas, Babahoyo, Portoviejo, Santo Domingo y Loja encierran una historia registral mercantil única, la misma que se ha preservado y mantenido viva hasta la fecha, a pesar del transcurso del tiempo. /DCS