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Es urgente levantar información sobre el acoso en línea: Lorena Naranjo Godoy

BOLETÍN OFICIAL 453

5 de octubre de 2020

Quito, Ecuador- Empoderar sus derechos en línea a niñas, niños y adolescentes es el objetivo de la campaña #MisDatosSoyYo, que fue desarrollado hace tres años, y que ahora es parte de las estrategias de concientización de varias organizaciones latinoamericanas.

A través de esta iniciativa, se pretende reconocer a la Internet como el espacio público, donde se construyen relaciones sociales, no solo en el plano físico sino en el digital, donde existe intercambio de conocimientos. “Es el reflejo de la globalización, donde las personas hemos desarrollados nuevas formas de comunicación e interacción”, explicó la directora nacional de Registro de Datos Públicos (Dinardap), Lorena Naranjo Godoy, durante la entrevista en el programa digital boliviano Tecnología y Derecho en un solo CLIC, conducido por Karina Medinacelli.

Sin embargo, a estos beneficios también se suman problemáticas: la dependencia, ausencia de datos, niveles de percepción sobre los riesgos y la ciberdelincuencia, indicó la funcionaria.

Es así como, al hablar de dependencia, señalamos un fenómeno que, si bien ya existía, actualmente por el confinamiento, causado por la COVID19, este ha repuntado más, ante la necesidad de mantener contacto con el mundo. “Esto sin duda genera que tengamos adicciones que debemos comprender y cuestionarnos sobre todo en las relaciones que construyendo nuestros niños niñas y adolescentes”, enfatizó.

Sobre la ausencia de datos, la Directora Nacional de la Dinardap, explicó que solo se combate lo que se conoce y se puede medir. “En el Ecuador, el 60 por ciento de niñas, niños y adolescentes han sufrido alguna vez de acoso escolar pero no existen datos de acoso en línea”, con ello, explicó, existe la urgente necesidad de levantar información sobre cómo estas distintas problemáticas de violencia digital se están manifestando y cómo se puede enfrentar.

A esta problemática se adiciona la distinta percepción que sobre el riesgo en la red tienen los nativos digitales y los adultos, no nativos digitales. “A causa de la evidente brecha digital que existe entre ambos, las percepciones sobre el riesgo deben desarrollarse de manera voluntaria, que permita potenciar capacidades de discernimiento y un análisis de la información que nos llega”, dijo.

Finalmente, y no menos importante, el nicho que ha encontrado la ciberdelincuencia, en la red. Existe un exacerbado abuso en entornos digitales. Delitos como pornografía infantil en línea, sextorsión, tráfico de órganos, violación a la intimidad, exposición a contenidos nocivos, retos virales, trata de personas, grooming, sexting, se han incrementado y se puede decir que han repuntado a causa del encierro, causado por la pandemia.

Pero qué podemos hacer ante esta realidad apabullante. Para la docente, lo importante es empezar a “construirnos como ciudadanos digitales. Empezar por nosotros, pero enfocándonos en los niños. Transformarles en ciudadanos digitales, que ejerzan la totalidad o parte de sus derechos a través de Internet, de manera independiente o como parte de una comunidad”.

Para alcanzar este objetivo, sugiere la autoridad, se precisa, además de tener acceso a las tecnologías, que exista una normativa que no solo regule el uso legítimo de estas, sino que también potencie habilidades digitales que conduzcan a esta ansiada construcción de ciudadanos integrales, con autonomía, pensamiento crítico, empáticos, innovadores y resilientes.

Estas habilidades digitales debe permitir a los nativos digitales ser capaces de resolver problemas, percibir riesgos, ser responsables de sus interacciones y ser capaces de aplicar principios éticos que conduzcan a la equidad e inclusión en entornos digitales. /DCS